Los principios básicos de congregacion

Según la doctrina católica, la Salvación del alma se obtiene por medio de la Certeza en Cristo y de las buenas obras, lo que constituye un punto diferencial esencia con otros grupos cristianos como los Protestantes y Evangélicos, los cuales predican que solamente la Confianza en Redentor es necesaria para la salvación del alma, siendo las obras una consecuencia de esta.

Para realizar su obra social, la Iglesia cuenta con una gran cantidad de misiones y una serie de organizaciones.

Designa a las asambleas del pueblo, que mayoritariamente tenían un carácter religioso. Es el término frecuentemente utilizado en el texto griego del Antiguo Testamento para designar la asamblea del pueblo seleccionado en la presencia de Alá, sobre todo cuando se prostitución de la asamblea del Sinaí, en donde el pueblo de Israel recibió la ley y fue constituido por Dios como su pueblo santo.

La profecía hebrea se refiere en proporciones casi iguales a la persona y a la obra del Mesías. Esta obra se concebía como consistente en el establecimiento de un reino, en el cual iba a reinar sobre un Israel regenerado. Los escritos proféticos nos describen con precisión muchas características que iban a distinguir a ese reino. Durante su Servicio Cristo no sólo afirmó que las profecías relativas al MesíGanador se iban a cumplir en su propia persona, sino incluso que el esperado reino mesiánico no Cuadro otro que su Iglesia.

El credo encuentra una explicación sistemática en el Catecismo de la Iglesia católica, consentido en 1992 por Juan Pablo II y cuya traducción definitiva fue promulgada en 1997.

En el cristianismo, la Iglesia es entendida como una comunidad espiritual que reúne a los fieles que profesan la misma doctrina, celebran los mismos sacramentos y siguen una estructura religiosa común.

Una iglesia es un edificio donde la gente acude a rezar y a participar de distintos rituales religiosos.

La autoridad del obispo de Roma, su cargo Internamente del magisterio de la Iglesia católica ha sido expuesta en diversos momentos de la historia y de modo singular en el Concilio Vaticano I.

Las críticas en cuanto a la doctrina se han basado muchas veces en que la Iglesia católica expone creencias, doctrinas y conceptos que algunos piensan no están presentes en la Biblia, siendo que la Iglesia católica considera también como palabra de Alá a la que se transmite mediante la tradición apostólica.

- Hay personas que hacen su propia iglesia porque no quieren seguir reglas ni obedecer; por comodidad.

Nadie es capaz de cultivar autoridad con tal finalidad, excepto que el poder le sea comunicado de una fuente divina. El caso es completamente diferente si a la sociedad civil se refiere. Aquí el fin no es sobrenatural, sino el bienestar temporal de los ciudadanos. No puede decirse que se requieran unas dotes especiales para hacer a cualquier clase de hombres capaz de instalarse el puesto de gobernantes y guíCampeón. De ahí que la Iglesia apruebe igualmente todas las formas de gobierno civil que estén en consonancia con el principio de Honradez. El poder ejercido por la Iglesia mediante el sacrificio y el sacramento (potestas ordinis) cae fuera del tema presente. Aquí nos proponemos considerar brevemente la naturaleza de la autoridad de la Iglesia en su función click to read more (1) de enseñar (potestas magisterii) y (2) de gobierno (potestas jurisdictionis).

En primer emplazamiento, unidad de Certidumbre, que se muestra por el Credo que rezamos todos los Domingos, que es el mismo que rezaban los apóstoles y describe en pocas palabras en qué creemos como católicos.

En el transcurso del siglo XIX, el principio de las Iglesias Nacionales fue vigorosamente defendido por los teólogos de la Inscripción Iglesia Anglicana bajo el nombre de “Teoría de la Rama”. Según esta opinión, cada Iglesia Nacional cuando está plenamente constituida bajo su propio episcopado, es independiente del control externo. Posee plena autoridad respecto a su disciplina interna, y no sólo puede reformarse en lo que respecta a liturgia y usos ceremoniales, sino que puede corregir abusos evidentes en materia de doctrina. Se justifica que haga esto incluso si la medida implica una ruptura de la comunión con el resto de la cristiandad; pues, en este caso, la falta corresponde no a la Iglesia que emprende la labor de reforma, sino a los que, con este motivo, los rechazan de la comunión.

El rechazo de la autoridad papal por causas de independencia política y económica y el rechazo de Martín Lutero al hecho de que se cobrara hacienda por las indulgencias, provocó el surgimiento del protestantismo en 1517.

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